Cada temporada, al comenzar, necesito tejer un acerico nuevo o dos. Así le decimos en mi tierra a los alfileteros: acericos. Ellos, con su doliente silencio, marcan el tiempo entre unos amigurumis y otros, cómo vamos evolucionando. Esta es mi tercera temporada como amigurumista, y la segunda como diseñadora de mis propios patrones. Este blog ha cumplido año y medio. Todo eso, ni más ni menos, me lo dice mi fauna de acericos, mudos testigos de mis alegrías y dificultades con el ganchillo y las agujas.

Tenía una niña que era la tonta del bote, y un mapache malhumorado, pero alguien me los pidió. Ahora me quedan el tigrecito azul, el bebé erizo, el pulpo (que en realidad es una pulpa pero calla, que eso significa otra cosa) y este Cangrejo Sebastián que hoy os presento y que es el único de los cuatro que he inventado yo y del que puedo poneros el patrón. Os incluyo los enlaces a los demás bajo sus nombres, como habréis visto.

Con este patrón que os comparto ahora nos hemos divertido mucho Carmen Tuti y yo. Lo fuimos haciendo a la vez, pero para ella era un patrón ciego puesto que solo le mandaba los puntos y filas, pero no las imágenes. No sabía de qué animal de trataba, solo lo que podía intuir por la forma que le iba saliendo. Ni, por supuesto, cómo se montaban las diferentes piezas. Tengo que decir, que le quedó genial porque ella sabe de esto lo que no está en los papeles. Pero con vosotras seré un poquito menos mala y va el patrón a continuación con todo lujo de detalles y fotos. Que tengáis una muy feliz nueva temporada, ganchilleras.